Cuando tocas la franela
¿Cuántas veces habremos tocado esa tela? En mi caso,
obviamente, innumerables. Pero hay una, y sola una que nunca olvidaré en mi
vida. Es curioso como algo que aparentemente no tiene la menor importancia
pueda marcar tanto en un aficionado a la tauromaquia. Soy aficionado a esto de
los toros, creo, que desde que nací, bueno matizo,… soy un apasionado.
A mis 36 años, y a pesar de sentir el arte de torear como si
lo llevara dentro nunca toqué una muleta. Nunca, en mi seno familiar, tomaron
en serio esta pasión que siempre tuve dentro y como tampoco conocía a nadie del
“mundillo” no tuve la oportunidad de tocar la franela de una y mucho menos
sentir la mágica sensación de pegarle unos pases a un animal bravo.
Pero esto cambió cuando el maestro Dávila Miura, Rafael
Peralta y Nacho Moreno de Terry pensaron en acercar al aficionado esta
maravillosa oportunidad creando cursos de aficionados prácticos taurinos,
siendo ellos los pioneros. Después de
varios cursos intentando asistir a alguno, pude al fin apuntarme al del 24, 25
y 26 de febrero y cumplir mi sueño.
Recordaré toda mi vida esa primera vez que toqué la muleta y
las sensaciones que experimenté, sé, que puede resultar para el que lo lee algo
exagerado e incluso cursi, pero los sentimientos son algo tan personal y
subjetivo que no puedo evitar expresarlo.
Recuerdo, que no quise tocarla hasta que me tocara el grupo de muleta, no
quería precipitarme y preferí esperar mi turno. Tras el carretón llego el
momento de pasar al tan ansiado grupo, me acerqué a coger una, sin prisas, y la
miré, me vinieron a la memoria momentos de mi infancia en la que soñaba con ser
torero y saboreé este momento. El hallazgo merecía una ceremonia de homenaje a
la muleta. Serenamente me desprendí de la sudadera que llevaba puesta, la
contemplé y casi como hablando con ella, la cogí. Nunca lo olvidaré.
Gracias a los ya mencionados Eduardo Dávila Miura, Rafael
Peralta, Ignacio Moreno de Terry y a los infatigables hermanos Collado por hacernos (hacerme)
cumplir un sueño. Espero que nunca dejéis esta iniciativa porque no os podéis
imaginar lo felices que hacéis (que me habéis hecho). Al fin sé lo que se siente…
cuando tocas la franela. Un abrazo a todos.
Isi Valera.
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