domingo, 21 de julio de 2013

Cartas y escritos de nuestros aficionados: "Cuando los sueños se cumplen", por David Naranjo Sanchidrian.









"Cuando los sueños se cumplen"

Siempre he soñado con estar delante de un animal bravo pero nunca se dio la oportunidad hasta que hace unos meses me encuentro con que se va a realizar este curso y, sin pensarlo, decido participar en el concurso de Facebook de una plaza para realizarlo.
Todo comenzó el 30 de abril, cuando un gran amigo y aficionado práctico me da la buena noticia de que me ha tocado. Mentiría si dijera que no me influyó. Me delatarían el cosquilleo que me entró por la tripa y el nerviosismo enorme que me invadió. Y es que, por fin, iba hacer realidad mi sueño, torear.
Ese día puse la vista en el 5 de julio, el comienzo del curso y llegó. Vaya si llegó. A las cinco de la tarde, la puerta principal de la plaza de toros de La Candelaria abría sus puertas para recibir las muchas ilusiones de un grupo de 43 personas. Nos saludamos de forma tímida pero con el convencimiento de que éramos gente a la que nos unía una misma pasión, el mundo del toro.
El viernes 5 y el sábado 6 transcurrieron con entrenamientos de capote, muleta, banderillas y carretón. Hasta que uno no coge los trastos no sabe bien lo difícil que es manejarlos por el peso que tienen.
Tuvimos tres clases magistrales a cargo del maestro David Mora, del fantástico banderillero El Boni (nunca olvidaré su forma peculiar de enseñarnos cómo es la visión de un toro) y del ganadero Victorino Martín hijo. De los tres aprendimos un poquito más de nuestra fiesta.
Llegó el día 7 y el tan esperado tentadero. Se podían diferenciar perfectamente dos grupos, los que estaban más tranquilos porque ya se habían puesto más veces delante de una becerra  y los que estábamos más nerviosos porque para nosotros era la primera vez. Esto nos unió mucho más. Recuerdo la conversación con Fernando (Gran Canaria), con el cual en los dos días anteriores había cruzado tan solo dos palabras. Charlamos sobre la mala noche que habíamos pasado, recordando lo que nos habían enseñado los grandes profesores del curso e imaginándonos las buenas tandas que daríamos en el tentadero.
Exactamente a la una y cuarto del mediodía fue mi turno. Cuando cogí la muleta no me dí cuenta si pesaba o no. En ese momento uno se siente torero, intentando andar despacio, busca el pitón contrario, echar los vuelos como nos enseñaron....luego puede salir mejor o peor pero qué sensación más bonita es tirar de la muleta y que pase la becerra tan cerca. Fueron 5 minutos, pero que 5 minutos!!. No lo cambiaría por nada del mundo. Ahora entiendo cuando se dice que el toreo tiene magia y duende.
Ver a compañeros llorar de felicidad después de su turno lo resume todo.
Con la entrega de diplomas soltamos toda la vergüenza torera y todos hablábamos con todos, nos dábamos el mail, los teléfonos, nos citábamos para otro curso.
En tres días me ha dado tiempo a conocer a fantásticas personas como Juan Pedro y Pablo de Salamanca, Fernando de Gran Canarias, Francisco de Huelva, Irene la fotógrafa y mejor torera, Luis de Dallas (esto es tener afición).....y esos 36 restantes, que aunque haya tenido menos trato seguro que sois igual de fantásticos.
Y qué decir de los maravillosos profesores Dávila, Nacho, Rafael, José Manuel. Sin vosotros todo esto no hubiera sido posible. La frase que más nos repetiáis era "échale los vuelos" y los echamos porque era fundamental hacerlo para enfrentarse al tentadero.
Desde el mismo momento que salí por la puerta de la finca de Tomás Entero pensé lo mismo que dicen los pamploneses después de cantar el Pobre de mí. "ya queda menos para el curso del 2014 en Valdemorillo".

Un abrazo para todos los que formamos esta gran familia y gracias al Club de Aficionados Prácticos Taurinos.

(Por David Naranjo, Twitter @DavidNaran)

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